Diócesis de Temuco

Con profunda fe y esperanza, la comunidad de Curacautín despidió a la querida señora Benilde Erices Rivas

El pasado jueves 16 de octubre, con profundo recogimiento, en la parroquia San Pedro de Curacautín, fue la Santa Misa de exequias de la querida señora Benilde del Carmen Erices Rivas, una gran mujer de fe, madre de una hermosa familia, con un testimonio de servicio y entrega al Evangelio, además una destacada catequista y cursillista. Querida y cariñosa mamá de siete hijos, amada madre del padre Juan Andrés Basly Erices, vicario general de la Diócesis de San José de Temuco y del diácono Eduardo Basly Erices.

La celebración fue presidida por monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM, obispo diocesano, acompañado por numerosos sacerdotes, familiares, fieles y amigos provenientes de diversos lugares, entre ellos desde la Universidad Católica de Temuco,  que quisieron acompañar y rendir un sentido adiós a quien fue una mujer de profunda fe y entrega.

Durante su homilía, monseñor Jorge expresó palabras de consuelo y esperanza, recordando que “la oración nos conecta con el Señor y nos sostiene en el dolor, porque en ella encontramos fortaleza y consuelo”. El obispo invitó a la comunidad a elevar la mirada al cielo y confiar en la promesa de vida eterna: “El Señor nos da la esperanza y nos enseña que quien cree en Él, aunque muera, vivirá”.

El pastor diocesano dio gracias a Dios por la vida y el testimonio de la señora Benilde, destacando su compromiso cristiano y el cariño que sembró en su familia y en toda la comunidad. “Pedimos al Señor que acoja a nuestra hermana en su Reino, que le conceda la paz eterna y que fortalezca a su familia en este tiempo de dolor”, manifestó. El obispo subrayó que “Jesús nos promete la vida eterna, porque quien cree en Él, aunque muera, vivirá. Por eso, oramos con esperanza y agradecimiento, confiando en que nuestra hermana Benilde ya goza de la presencia del Señor”.

La comunidad de Curacautín, visiblemente conmovida, recordó también a la señora Benilde como una madre ejemplar, cercana y solidaria, siempre dispuesta a tender una mano y compartir lo que tenía. Su compromiso con la parroquia y su profundo sentido de oración la convirtieron en un referente de fe viva y esperanza cristiana.

Monseñor invitó finalmente a toda la comunidad a unirse en oración por el eterno descanso de la señora Benilde, dando gracias a Dios por su vida fecunda y pidiendo consuelo para toda su familia. “Confiamos en que el Señor la ha recibido en su casa, donde ya no hay lágrimas ni dolor, sino plenitud de vida y alegría eterna”.

Durante la celebración, se elevaron múltiples oraciones en agradecimiento por su vida y testimonio, emotivas palabras que además entregaron el diácono Eduardo, su hermana y sobrino.

El padre Juan Andrés Basly agradeció profundamente el cariño y la oración de todos quienes han acompañado a su familia en este momento tan significativo, muestras de cercanía y oración recibidas desde distintos lugares de la diócesis,

entre ellos, gratitud a nuestro obispo, presbíteros y diáconos; a Mons. René Rebolledo, presidente de la CECh, quien fue a acompañar a su familia en tan difícil momento. Gratitud a la Universidad Católica de Temuco, a tantos amigos que junto a la oración ayudaron en este difícil momento.

En sus emotivas palabras, recordó a su querida mamá como una mujer de fe, de gran amor por su familia, sencilla y trabajadora, que vivió su fe en lo cotidiano, con espíritu de servicio y un corazón profundamente generoso. “Ella fue para mí, el primer testimonio del amor de Dios. Con su vida me enseñó a confiar, a servir y a perseverar. La fe de mis amados padres, fue la luz que guió mi vocación y el ejemplo que me impulsa cada día a seguir al Señor”.

El padre Juan Andrés, expresó su confianza en la misericordia de Dios, encomendando el alma de su querida mamá al abrazo eterno del Padre, dando gracias por su vida fecunda y su testimonio de amor cristiano.