Asistieron obispos, representantes diocesanos y comunidades de las diócesis de Chillán, Talca, Linares, Rancagua, San Felipe, Temuco y Valparaíso.
Este miércoles 15 de octubre, en el Congreso Nacional se realizó un acto conmemorativo por el Centenario de las diócesis de Chillán, Talca, Linares, Rancagua, San Felipe, Temuco y Valparaíso.
La ceremonia estuvo encabezada por el presidente en ejercicio del Senado de la República de Chile, Honorable Senador José García Ruminot, la Honorable Diputada Ximena Ossandón, en representación del presidente de la Cámara de Diputados y Diputadas, y Mons. Jorge Vega Velasco svd, obispo de la Diócesis de Valparaíso.
Asistieron diputados, senadores, el nuncio apostólico Mons. Kurian Mathew Vayalunkal, Mons. Guillermo Vera, obispo de la Diócesis de Rancagua, Mons. Galo Fernández, obispo de la Diócesis de Talca, Mons. Tomislav Koljatic, obispo de la Diócesis de Linares, Mons. Patricio Fuentes, administrador diocesano de la Diócesis de Chillán y Mons. Fabián Castro, vicario general de la Diócesis de San Felipe. También, participaron comunidades, sacerdotes, diáconos, religiosas, y agentes pastorales de las distintas diócesis celebradas, funcionarios del Obispado de Valparaíso, autoridades de la PUCV y de Duoc UC Sede Valparaíso.
La jornada contó con la presentación de Raúl Burgos, académico PUCV, quien ofreció una reseña histórica sobre la creación de las diócesis y, en particular, de la diócesis porteña. También, el Senado y la Cámara de Diputados y Diputadas hizo entrega de medallas conmemorativas a los obispos, mientras que Mons. Vega Velasco, en representación de todas las diócesis, les obsequió una imagen de la Virgen María al Honorable Senador José García Ruminot y a la Honorable Diputada Ximena Ossandón.
El acto culminó con la presentación artística del Cuarteto de Solistas de la Orquesta de Cámara de la PUCV y con el rezo de la Oración del Centenario de la diócesis de Valparaíso.
El presidente en ejercicio del Senado de la República de Chile, Honorable Senador José García Ruminot, destacó la importancia de la espiritualidad y del trabajo de la Iglesia Católica en Chile. “Fue una ceremonia muy significativa, fueron siete diócesis de nuestro país que están cumpliendo cien años, cada una de ellas con su historia y con sus afanes, cada una de ellas con sus propias ocupaciones, preocupaciones, con el desarrollo de sus distintas actividades. Es muy importante para nosotros hacer un profundo reconocimiento a la labor de estas diócesis, de estas siete diócesis y de toda la iglesia católica chilena, porque sabemos lo importante que es la fe en la vida de las personas, sabemos también lo importante que es la espiritualidad y lo importante que ha sido la labor tanto en el ámbito religioso como en el ámbito espiritual y social que realizan las distintas diócesis en Chile. Muchas gracias, todo nuestro reconocimiento y nuestra gratitud”, manifestó.
En tanto que, la Honorable Diputada Ximena Ossandón, sostuvo que las expresiones de fe puestas de manifiesto en estas ceremonias resultan muy significativas para quienes trabajan allí. “El acto conmemorativo de estas diócesis para mí fue un regalo de Dios porque efectivamente estoy reemplazando al presidente de la Cámara, pero tiene una significación muy grande, es cierto que nuestro Estado es laico pero estos actos son los que hacen que nos iluminen y nos dé fuerzas para seguir adelante porque como lo dije en mi discurso, ojalá la fe de Cristo ilumine nuestras leyes para que sean justas y solidarias. Hemos tenido la visita de la Purísima, también de la imagen del Padre Hurtado, la cual está en nuestros jardines y hace que los creyentes de distintas iglesias nos conectemos con nuestra fe para poder hacer bien nuestro trabajo, así que muy contenta de esta celebración. Espero que esta buena relación continúe y claramente las puertas del Congreso están abiertas a nuestra querida Iglesia Católica y también a las demás Iglesias”, indicó.
Cien años de caminos entrelazados
En su discurso, Mons. Jorge Vega reflexionó que la presencia de las más altas autoridades del Poder Legislativo en dicho acto conmemorativo reconoce tres grandes verdades: en primer lugar, que las cordiales relaciones entre la Iglesia y el Estado promueven la estabilidad social y la cooperación moral. Cuando la Iglesia y el Estado mantienen una relación de respeto y colaboración, se refuerzan mutuamente en la promoción de valores éticos y de convivencia pacífica. En segundo lugar, que la unión favorece el trabajo conjunto en temas sociales y humanitarios. Y, en tercer lugar, que la convivencia colaborativa entre las instituciones fomenta el diálogo y el bien común.
En esta línea, agregó: “la reciente visita del Presidente de la República al Santo Padre León es una confirmación de lo anterior. Es que cuando las autoridades dialogan, se amplía la mirada y se benefician los pueblos”.
El obispo de la diócesis porteña reconoció que la historia de la iglesia camina junto a la historia del país. “La historia de nuestras diócesis está entrelazada con la historia misma de Chile. Desde los primeros asentamientos coloniales hasta la conformación de las ciudades y regiones modernas, la presencia eclesial ha acompañado a las comunidades en su crecimiento, en sus dolores y en sus esperanzas”.
En este sentido, destacó la labor eclesial en materia educacional, sanitaria y social, que sin dudas contribuyó en el progreso nacional. “Desde los colegios y hospitales hasta las obras sociales inspiradas en la Rerum Novarum, la Iglesia aportó a la construcción de una sociedad más justa, donde el conocimiento, la compasión y la cooperación fueran caminos de dignificación humana”.
De cara hacia el futuro, Mons. Vega expresó: “A cien años de aquella decisión histórica, renovamos la convicción de que el desarrollo espiritual, ético y cultural de la nación requiere del esfuerzo conjunto de todas las instituciones: del Estado, de la sociedad civil y de las comunidades de fe”.







