Diócesis de Temuco

Dijeron sí a los pies de la Virgen: joven pareja se comprometió el 8 de Diciembre

Se trata de Marcela Vegas y Gonzalo Zambrano, quienes participan de la parroquia Jesús Obrero y pertenecen a la Renovación  Carismática Católica.

Fue al llegar a la Gruta del Cerro Ñielol tras la procesión, que los jóvenes en medio de su oración, se comprometieron a los pies de la Virgen, en una historia marcada por la presencia de Dios y la Madre Santísima.

Marcela de 30 años, y Gonzalo de 28, conversaron con este Departamento de Comunicaciones sobre su testimonio de amor hacia Dios, y cómo Él y su Madre han guiado su caminar como pareja.

  • ¿Cómo comenzó su historia?

Marcela: Es curioso, porque nosotros estábamos en la misma parroquia, pero nunca nos vimos conscientemente aunque habíamos estado varias veces en el mismo lugar. Siempre hemos pensado que el Señor permitió que nos viéramos cuando él quiso, cuando estábamos preparados. Ambos participamos de la Renovación Carismática Católica, y nosotros en la parroquia tenemos un grupo de oración de jóvenes que lleva más de un año y yo lo coordino.

La mamá de Gonza dice que en una misa o quizás en más de una nos dimos la paz, pero nunca nos dimos cuenta.

  • ¿Tuvieron inquietudes vocacionales en su camino personal?

Gonzalo: Antes de conocernos, cada uno tuvo una crisis vocacional. Yo siempre he querido casarme, y la Marce también. Hubo un momento en que yo sentía que no encontraba a alguien que quisiera lo mismo, entonces en una misa, llorando le dije al Señor: ¿será que tu quieres que mi vocación sea otra?, pensando en que tal vez sea el sacerdocio, y Marce pensó lo mismo por la parte religiosa.

Marcela: El 2023 mientras estuve trabajando en un colegio, participé de la pastoral vocacional, y pensaba que el sí más grande que uno le puede dar al Señor era solamente la vida religiosa, pero a medida que iba a los encuentros no me traía paz en el corazón. Y el 2024, llegué a la conclusión de que en realidad, sin importar la vocación que uno tenga, uno le puede dar ese sí al Señor en la vocación que uno tiene. Todos los días uno le da el sí al Señor.

Una vez escuché que una familia constituida en Cristo es como un pedacito del cielo en la tierra. Eso me dió mucha ilusión, me hizo sentir algo muy lindo en el corazón. Y después, yo le decía al Señor: que sea tu voluntad.

  • ¿Cuál es el significado que ha tenido la Virgen en su testimonio?

Marcela: Una tarde estuve conversando con una hermana y ella me dice pídele a la Virgen, y yo le dije ya lo voy a intentar. Estuve una tarde entera conversando con la Virgencita y le empecé a describir todo lo que yo quería en un hombre, por completo, todo, físicamente y psicológicamente, quería que su familia me quisiera mucho también, y dejé ahí mi oración. Y empecé a trabajar con los jóvenes en mi parroquia en este grupo de oración.

  • Entonces, ¿cuándo fue que se vieron por primera vez?

Gonzalo: Yo recién a los 27 años, me volví a integrar a la iglesia y ahí empecé mi confirmación. Dentro de ese periodo donde estaba en la charla de catequesis, yo pedí un grupo de jóvenes porque participaba en la pastoral de mi capilla, pero quería compartirlo con jóvenes. Y una semana antes de yo confirmarme, el grupo de oración de nuestra parroquia, nos fue a hacer el último encuentro de confirmación, y ahí fue cuando me tocó por primera vez el Señor, me sentí con ese primer amor en que uno siente de verdad al Señor, y además apareció la Marce, pero ahí a mí me había llamado la atención, la encontraba como muy carismática y alegre, me gustaba eso. Y ahí ella me invitó al grupo, y yo le dije “si voy a ir”, sin siquiera pensarlo

Marcela: Fue muy bonito, porque en ese momento de oración, yo abrí los ojos y justo lo veo a él y el Señor ponía en mi corazón que a él (a Gonzalo) lo había tocado en ese momento de oración. Entonces por eso yo me acerco y le digo “oye, el Señor, me dice que te tocó en la oración y quería saber cómo te sentiste”, me dice que sí que realmente no había sentido nunca algo así, y ahí fue como surge que él se integre al grupo. Fue muy bonito, porque antes no nos vimos, y en ese momento el Señor lo permitió en su tiempo.

  • ¿Y ahí comenzó su caminar juntos?

Gonzalo: Estuvimos hablando como durante una semana y las conversaciones eran súper fluidas y de hecho como que nunca llegamos a un “oye me gustas”, sino que genuinamente ambos asumimos que estábamos juntos. Tras varias salidas, llega un 16 de noviembre, que en el Mes de María estábamos rezando el rosario juntos, y en el último misterio yo además de pedirle a la Virgencita, también le pedí permiso para al Señor y a Ella para pedirle pololeo a Marce, y así fue.

Marcela: Es especial como el que me ha pedido matrimonio ese día, porque como ves está la Virgen presente en varios momentos de nuestra historia.

Y sin duda, lo más importante es la fe, porque yo le pedía a la Virgen a un hombre que fuera de Dios. Y yo sé que Gonza, al momento de convertirse, yo creo que vio en mí que yo le podía ayudar en ese camino. Y eso es lo que más motiva, porque para nosotros, el matrimonio es para llegar juntos al cielo, y eso, solamente es posible por medio de la otra persona, porque Cristo te la pone allí para que sean santos juntos.

  • ¿Y la elección del 8 de diciembre como su día de compromiso?

Gonzalo: En todo ese camino, fui adquiriendo un amor cada vez más grande por María y por el Señor presente en la Eucaristía y dentro de lo que hemos vivido en todo este año fuimos a un encuentro a Santiago del cono Sur de la Renovación Católica en octubre, y ahí comenzó mi inquietud por pedirle matrimonio.

Marcela: Siempre estuvo en nuestros planes pero yo nunca supe cuándo iba a ser, entonces esa era la sorpresa.

Hubo 2 momentos en que planifiqué pedirle matrimonio, pero siempre pasaba algo. Y ahí me convencí de hacer algo más personal, de nosotros, el lunes en la Gruta.

Marcela: Para ambos fue muy importante que haya sido ese día porque hubo intentos fallidos que después me enteré, pero veo ese amor de nuestra Madre y del Señor, porque no dejaron opción, era ese día. En eso vemos el signo del amor de Ella, de su compañía y bendición.

  • ¿Y sus familias se hicieron parte de su historia?

Marcela: No puedo dejar pasar esto. Nosotros pedimos por esta relación antes, pero también hubo un momento donde su mamá pidió.

Gonzalo: Sí, fue algo muy lindo. Un día llegué a la casa después de haber conocido a la Marce y le dije a mi mamá “Creo que la encontré”, y me dijo “¿qué cosa encontraste?”, y le dije de Marcela. Ella me respondió “después te voy a decir algo”, y no me aguanté y le insistí. Me contó que entre febrero y abril, en una misa para los enfermos, había una chica que estaba sentada atrás de nosotros súper alegre y le había encantado porque se notaba que era una niña cercana a Dios, sentía la presencia de Dios en ella, y mi mamá ese día le dijo Él “Señor, regálale a mi hijo una chica como ella”, y resultó ser ella misma.

Todo este año,el Señor ha confirmado que es una relación que Él generó, que es obra de Él y agradable para Él.

  • Y lo esperado, ¿cómo fue el momento de la propuesta?

Gonzalo: Esa semana, dijimos “vamos a rezar toda esta semana por nuestra relación en el rosario”, y quedamos de llevarle un ramo de flores a la Virgencita e ir a dejárselo -pensando en el momento, sin que ella sospechara-. Pedí un ramo con 3 lirios blancos, por la pureza de la Virgen y la Santísima Trinidad y 2 rosas rojas, representándonos a nosotros en  donde la pasión de la entrega de Cristo por nosotros

Marcela: Yo iba luchando por caminar en la procesión. Me sentía súper fatigada, y no tenía porqué. Nosotros espiritualmente vemos que son momentos que te hacen retroceder, porque viene una gran bendición Dios, y así lo sentí. Decía que me podría tirar al piso en ese momento, y apenas pude subir la gruta. Gonza me decía “ya pero vamos más adelante”, para acercarnos más a la Virgen y pedirle.

Gonzalo: Al principio había mucha gente, y le dije que oremos, pidamos por nuestra relación, y ella me dijo “pide tú, yo estoy pidiendo en silencio porque no me siento bien”. Y yo empecé a pedir, y dentro de todo, le dije “Virgencita, enséñanos a que nuestra familia, sea como la Sagrada Familia”.

Marcela: Y ahí le dije entre risas “te estás adelantando, cómo le pides que seamos como la Sagrada Familia si todavía no nos casamos, hay que pedirle la gracia y la bendición a la Virgen para que nos podamos casar”, y Gonza me dice pídale entonces. Y me puse a orar mientras él me escuchaba.

Gonza: En eso que íbamos orando, la gente se iba corriendo y llegábamos cada vez más cerca de la Virgen. La Marce terminó de orar y comencé yo nuevamente, y le dije “Virgencita, así como un día rezando el rosario le pedí pololeo a la Marce, en este día quiero dar un paso más también”, y ahí me di vuelta, la quedé mirando y ella me dice “¿Es broma, Gonza?”. Y saqué el anillo y le dije “¿Te quieres casar conmigo?”, y ella se tapó con el ramo y se puso a llorar. Le dije que no era broma, y se sacó el ramo, y le dije “¿Te quieres casar conmigo?”, “Claro que sí”, me dijo.

  • ¿Qué consejo le darían a los jóvenes que buscan su vocación?

Marcela: Yo creo que lo primero es preguntarle al Señor cuál es nuestra vocación, para toda persona es muy importante hacerse esa pregunta: ¿Cuál fue el sueño que tenía Dios cuando me creó?, porque Él tiene sueños para nuestra vida, es importante descubrir cuál es el propósito que Él tiene para nosotros y nuestra vida. Hay que hacerle esa pregunta, porque Dios responde. Si confiamos en que el amor de Dios es tan grande y quiere lo mejor para nosotros, no nos vamos a equivocar si le hacemos la pregunta a Él, va a responder por medio de una persona, de un momento, de un retiro vocacional, Él responde.

Gonzalo: Se hizo vivo eso de “busca primero a Dios y lo demás viene por añadidura”, porque literal yo ya me había frustrado en todo y empecé a buscar a Dios, aún sin estar seguro de lo que hacía pero sí con una fe que comenzaba a crecer cada vez más, y empecé a participar en la iglesia, hice mi confirmación y empecé a buscarlo a Él, por más que no quería ir a las charlas de catequesis, pero seguí asistiendo, y en la búsqueda me iba llenando de bendiciones. Lo empecé a buscar a Él y empezó a mejorar todo. Fue buscarlo a él primero para que lo otro llegue.